lunes, 10 de enero de 2011

Me levanto cada mañana
un poco más gris por dentro,
aturdido, con ese pitido artificial,
innatural, que me llama cada mañana.

En la calle me paro en una esquina,
cierro los ojos y capto el olor a gasoil,
y el sonido a estrés.
Busco pero no encuentro
el sabor de lo natural.

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